Casi todos nos obsesionamos con identificar correctamente a nuestro público objetivo, tener el producto o servicio perfecto, crear una oferta irresistible, lograr una diferenciación rápida en el mercado… pero nos dejamos atrás una de las preguntas estratégicas más importantes en la supervivencia de cualquier negocio:
¿Quién soy?
En un contexto altamente competitivo, donde todos dicen lo mismo, usan los mismos canales para comunicar, emplean los mismos formatos, replican los mismos mensajes… encontrar un hueco en el escenario para que te escuchen se convierte en una tarea titánica.
Queremos destacar siendo los más polarizadores, los más polémicos, los más macarras, los más locos, los más payasos, los más lacrimógenos… da igual. Lo importante es llamar la atención. Ser los protagonistas del circo digital, aunque sea por unas horas. Rascar muchos likes, acumular comentarios (que los premia el algoritmo) y hacerse viral.
Ya lo vaticinaba el gran Andy Warhol cuando dijo que en el futuro todos seremos mundialmente famosos por 15 minutos.
La mayoría caemos en este juego absurdo (yo la primera) por una necesidad de aprobación, valoración, reconocimiento y búsqueda de más leads (sean como sean).
Y en ese juego perdemos nuestra identidad, personalidad y esencia. Ya no sabemos quiénes somos, qué queremos comunicar, por qué hemos montado nuestro negocio, hacia dónde vamos y qué tipo de éxito queremos lograr.
Pero como hay que seguir como sea, robamos personalidades ajenas, replicamos estilos comunicativos, copiamos post virales, ejecutamos como robot estrategias digitales sin valorar si nos sentimos cómodos con ellas, si nos representan, si es lo que realmente queremos hacer.
Nos convertimos en la niña del exorcista, poseída por un ente maligno que habla y actúa por nosotros sin control.
La única manera de tomar de nuevo las riendas de una marca blanca sin personalidad propia, es volver a preguntarnos quiénes somos.
La mayoría de los dueños de negocios no se han parado demasiado en responder a esta pregunta. Una descripción de lo que hago y listo. Y no, hay que profundizar y sentar los pilares para no perdernos en el camino. ¿Cómo? Definición estos 6 elementos como mínimo:
Valores. Muchos los desprecian como inservibles, pero son tu faro ante decisiones futuras. Para mí la honestidad y autenticidad son valores inquebrantables que guían siempre mi personalidad de marca. Elige 5 valores fundamentales y define extensamente qué significan para ti. La honestidad es una cosa para mí y para otra persona otra diferente.
Propósito. No nos volvamos locos con el propósito. Yo he montado un negocio y aún no tengo muy claro cuál es mi propósito. Pero sí es importante identificar el motivo por el que levantarse todas las mañanas de la cama, la razón que te impulsa a seguir y no tirar la toalla cuando las cosas se tuercen. Para mí, son la libertad y la creatividad.
Personalidad de marca. Para trabajar este punto puede serte de mucha utilidad los conocidos 12 “arquetipos de marca”. Carol S. Pearson es la autora que más ha escrito sobre este tema a partir de los arquetipos de personalidad del psiquiatra Carl G. Jung. En esta página puedes profundizar más sobre ellos. Encuentra el que más te resuena. Si te gusta inspirar, puedes ser un mago. Si defiendes con uñas y dientes una causa social, tal vez estés dentro del héroe.
Discurso de marca. Puedes publicar todos los días, mandar emails diarios, difundir vídeos en todas las plataformas… da igual. El impacto de tu marca no va de cuánto publicas, sino de qué y cómo lo cuentas. Debes aportar una visión diferente a lo que se dice en tu sector, un punto de vista único. Crear tu propio discurso es la pieza imprescindible para destacar.
Historia de marca. ¿Qué te ha llevado a hacer lo que haces?, ¿cómo has llegado hasta aquí? Tener una historia poderosa de marca, persuasiva y emocional es el puente de conexión entre tus potenciales clientes y tu producto. Piensa que los consumidores buscan identificarse con alguien para comprar. El principio de simpatía de Cialdini cobra cada vez más peso en la actualidad. Sí, puedes comprar a alguien que te cae mal porque es buen vendedor, pero a la larga dejarás de hacerlo porque no existe conexión duradera.
Voz y tono de marca. Aquí ya hablamos de la parte más práctica: cómo me voy a comunicar. Si tu personalidad es tímida, pacífica y poco atrevida, no te obligues a ser lo contrario porque otros lo recomiendan. Siempre vas a encontrar a tu público afín. ¿Aplico el humor o prefiero la seriedad?, ¿voy a ser didáctico o mejor coloquial?, ¿quiero parecer distante e inaccesible o cercano?… tú eliges.
Cuanto más claro sepas quién eres y cómo quieres mostrarte al mundo, menos probabilidades tendrás de ser devorado por tendencias, modas y verdades absolutas.
Recomendaciones
¿Cómo llevas la incertidumbre en tu emprendimiento? Te confieso que siempre ha sido mi talón de Aquiles. En el nuevo episodio semanal de “Volver a lo que somos”, te cuento cómo nos afecta emocionalmente, cómo se activa y 6 prácticas que he ido aplicando para tenerla bajo control. Si encima te gusta el contenido y te ayuda, suscríbete y dale amorcito del bueno al podcast. Puedes escuchar el episodio AQUÍ.
En el episodio semanal de PuroArde, cerramos la temática del mes sobre Relaciones Públicas y te hacemos un resumen de todo lo que puede aportarte a tu marca esta herramienta de gran visibilidad. Puedes escucharlo AQUÍ.
Y sí, mi querida Inés Díaz y una servidora hemos vuelto a grabar para el Canal de Youtube “Copywriting, Ventas y Nada que perder”. Un canal que ha ido creciendo en visualizaciones y suscriptores a pesar de no publicar nada durante 6 meses. Hemos entrevistado a un colega de profesión con mucha experiencia y recorrido a sus espaldas. Hablamos de la evolución del copywriting, de la IA, de unos premios que ha organizado… además de salseo. Si aún no estás suscrito al canal, ya estás tardando.
Reflexión dominguera
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Sublime. Cuántas veces la vanidad y ego (likes, rt, comentarios) nos lleva a perder el norte y difuminar nuestro verdadero valor y esencia. Vivimos o sucumbimos a “ser o parecer” olvidando que estamos “para” que es nuestro verdadero ser y propósito. Gracias por este maravilloso post, abrazo enorme
Gracias Nieves ❤️ Y sí, ante la sociedad de la vanidad hay que construir una sociedad de la autenticidad