El funnel inverso de desarrollo personal desde el negocio para tener una vida con sentido
Cuando hablo con amigos, compañeros de profesión y clientes (la mayoría emprendedores o empresarios) de su negocio o momento profesional, veo que se repite un mismo patrón.
Si el negocio no crece, tienen bloqueos, sienten que no llegan, ven que el resto va más rápido que ellos, se sienten perdidos, lo que hacen no les representa… están hablando indirectamente de su momento personal a través de su vida profesional.
Es más fácil hablar de que “mi negocio está estancado” que decir “estoy estancando”.
Es más fácil enfocarse en encajar las piezas de un negocio, que en encajar las piezas de quién eres.
Por tanto, dime en qué momento profesional te encuentras y te diré en qué momento personal estás.
El otro día escuchando un podcast, alguien comentó que el desarrollo personal era como un funnel. Me gustó la idea y quise llevarla a la práctica desde el punto de vista más profesional. Esto es, como a través de tu negocio puedes iniciar un proceso de desarrollo personal y autoconocimiento.
Fase de insatisfacción.
La mayoría de las crisis profesionales (que esconden una personal) empiezan por una sensación difusa de insatisfacción. Mi negocio va bien, pero no tanto como me gustaría. Antes me motivaba lo que hacía, ahora no tanto. Siento que me dejo arrastrar por el ritmo que me marca la vida y las oportunidades que van saliendo, pero sin rumbo fijo, sin tener claro si esto es lo que quiero o no quiero hacer. Voy probando esto y aquello, según modas o tendencias, y aunque hay momentos de conexión plena, la mayoría es de apatía y desánimo. Esta fase suele ser larga porque vamos haciendo, haciendo y haciendo y no queremos mirar qué está pasando dentro de nosotros.
Conflicto externo
Como seguimos avanzando sin parar ni mirar, la insatisfacción se vuelve más intensa y empieza a vestirse de queja, de pelea y enfado con el mundo, de ira, de incomprensión…Aquí surge la figura de la víctima. Si me negocio va mal o está estancado es culpa de Hacienda, de la competencia, del mercado, de los clientes… Aumenta la conflictividad a tu alrededor. Tienes peleas con tu equipo, con socios y colaboradores, con la competencia… Como no sabes qué te pasa por dentro, tu frustración te genera inseguridad, la inseguridad activa tus defensas. Eres un guerrero herido por dentro con un escudo inquebrantable.
Conflicto interno
El sufrimiento que genera la fase del conflicto externo te lleva en algún momento a plantearte que el problema lo tienes tú. Pero aquí se puede caer en el autocastigo (se sigue alimentando el rol de víctima). Tu diálogo interno se vuelve destructivo: es que no sé vender, es que no tengo carisma, es que no sé comunicar, es que no soy tan inteligente, no soy tan buen emprendedor como creía… Aquí surgen los bloqueos de insuficiencia. Nos vemos como un ser carente y salimos a la selva digital a buscar aquello que nos llene. Consumimos compulsivamente cursos, seminarios, podcast, blog, newsletter…En este proceso viene la parálisis por análisis y el perfeccionismo (más bloqueos).
También puede darse el caso de que el conflicto interno se manifieste en confusión y miedo. Lo que veo de mí mismo no me gusta nada. Yo no soy esa parte que siempre he querido evitar (cobarde, inseguro, indeciso, envidioso, celoso…). El abismo es tan grande que prefiero mirar hacia otro lado y seguir como estoy.
Pérdida de identidad
Los más valientes siguen profundizando. Se dan cuenta de que la solución no está afuera, sino dentro de ellos mismos. Saben que tienen que aceptar tanto lo que nos les gusta de ellos como potenciar lo que les hace únicos. Se van quitando capas de un YO que han asfixiado con lo que piensan y opinan los demás. Se hacen preguntas: quién soy, qué quiero, hacia dónde quiero ir, qué busco, qué es para mí el éxito. Dejan de compararse, de autocastigarse y empiezan a ser más compasivos consigo mismos.
YO.
Tras este camino espinoso, por fin sienten que su ser y hacer coinciden. Su negocio es un reflejo de lo que siempre han querido hacer, aunque lo desconocían por no conocer quién eran. Se sienten más motivados, conectados, plenos y satisfechos. Ahora todo tiene sentido, todo va sobre ruedas. Además, a nivel personal nos sentimos más seguros y enfocados. Más preparados para los nuevos desafíos.
El problema de este largo proceso doloroso es que construimos los negocios sin saber quiénes somos. ¿Qué pasaría si invertimos el embudo?
Si sé quién soy y qué quiero hacer, tengo más claro mi propósito (la razón que me impulsa a continuar en los malos y buenos momentos). Sobre quién soy, construyo el negocio que me representa. Al mostrar de forma honesta y sincera mi manera concreta de hacer las cosas, atraeré a personas que comparten esa misma filosofía de vida (comunidad). Y todo esto, me llevará al éxito que he definido para mí y no para los demás.
Por supuesto, estos procesos son más complejos en la práctica y cada emprendedor es un mundo. A veces las fases no son tan lineales y solo nos queda probar y descartar.
Lo que sí tengo claro es que todo negocio debe empezar por QUIÉN ERES y nunca por QUIÉN TENGO QUE SER para satisfacer expectativas de los demás o probarles que puedes lograrlo, por que sino pasa esto…
Recomendaciones
En mi propio proceso de desarrollo profesional, acabo de lanzar web nueva. Estoy en un momento de transición y he optado por un minimalismo extremo. En la web ofrezco la MasterClass “El Roadmap probado de una comunicación persuasiva: cómo influir en la decisión de compra y generar más ventas con tu negocio digital” que te dejo por aquí por estar suscrito ya en mi lista (no es necesario que te suscribas de nuevo en la nueva web).
La entrevista a Luis Bassat en el podcast Vidas Contadas, uno de los publicistas españoles más importantes de todos los tiempos y el único que puede decir que fue amigo personal de David Ogilvy, es una delicia. Disfruté como una enana. Quiero entrevistar a este hombre como sea. Puedes escucharla aquí.
Virgil Abloh, diseñador de moda, DJ y productor estadounidense, director creativo de la colección para hombres de Louis Vuitton desde marzo de 2015 y director ejecutivo de la marca Off-White, dejó antes de su muerte (murió a los 41 años por un cáncer) un legado valioso: un centro de recursos para marcas de moda en sus primeras fases que se incluyen en esta web. Tener claro qué huella quieres dejar a tu paso también es parte del proceso de quién eres.
Curiosidades
En tu comunicación siempre debes sorprender, dar giros inesperados a lo que presupone el lector, romper el marco previo de pensamiento que va creando conforme lee. Debes lograr este efecto…
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Me ha encantado este post. Me he sentido muy identificado con los dos funneles.
El primero pasé todo ese funnel de conflicto e insatisfacción en mi último trabajo.
Después de pasar por todo ese funnel, conseguí desde mi "Yo" construir mi proyecto (https://cosasdefreelance.com/) desde mi Yo.
Ahora tengo un propósito definido muy claro, y está empezando a ser un negocio interesante que espero que acabe en éxito.
Gracias por este post tan chulo Susana.