En 2008, Kim Vaccarella (exbanquera de 54 años) estaba de vacaciones en la playa con su familia en la costa de Nueva Jersey.
Como muchas madres, llevaba una bolsa de playa que no cumplía con sus necesidades: se llenaba de arena, se mojaba y no era lo suficientemente resistente.
Frustrada, decidió crear su propia solución: una bolsa duradera, lavable y funcional.
Sin experiencia previa en diseño de productos, Kim comenzó a trabajar en su idea.
Después de desarrollar un prototipo y obtener una patente, intentó vender su concepto a marcas establecidas, pero fue rechazada.
Determinada, decidió fabricar las bolsas ella misma.
El primer lote se vendió rápidamente en una boutique local, lo que la motivó a producir más.
Llamó a su marca Bogg Bag.
En 2012, invirtió los ahorros destinados a la universidad de sus hijos (60.000 €) para producir 1.000 bolsas más.
Sin embargo, la segunda remesa llegó con defectos: todas las bolsas tenían manchas negras y eran invendibles. El fabricante se negó a reembolsar el dinero a Vaccarella.
Se encontraba arruinada y con una gran crisis personal y profesional.
Ese año, el huracán Sandy arrasó toda la costa este de EE.UU. y decidió donar todas las bolsas defectuosas a las familias víctimas de esta catástrofe natural.
Inesperadamente, estas personas comenzaron a contactar a Kim para comprar más bolsas, lo que revivió su negocio y volvió a encender su pasión por seguir luchando por su idea.
Ahorró para viajar a China y buscar nuevos fabricantes más fiables. Con la ayuda financiera de un amigo de la familia, logró reponer su inventario y relanzar su negocio en 2016.
En 2018, Bogg Bag ya había alcanzado el millón de ventas anuales.
Durante la pandemia, las ventas aumentaron debido a que las bolsas eran ideales para trabajadores de la salud y maestros, gracias a su material resistente y fácil de limpiar.
Actualmente, Bogg Bag está disponible en más de 1.900 tiendas y ha sido reconocida como una de las empresas de más rápido crecimiento en EE.UU. Factura al año más de 100 millones de dólares.
De su éxito, destaco 3 claves básicas:
Producto útil.
Supo identificar un problema cotidiano y real de millones de personas y diseñó un producto práctico que cumplía con lo prometido. El material es parecido a los zapatos Crocs. Además, es tuneable lo que lo hace personalizable.
Compromiso con la comunidad.
Su acto de generosidad con las víctimas del huracán Sandy, tuvo su recompensa. El principio de reciprocidad de Cialdini surtió todo su efecto.
Crecimiento orgánico.
El boca a boca y las redes sociales han jugado un papel crucial en la expansión de la marca. Las fans no paran de compartir cómo personalizan sus bolsos y cómo los usan. Dan ganas de comprar uno.
Vaccarella podía haber tirado la toalla en el primer tropiezo (como hacen el 80% de los emprendedores), pero no lo hizo.
Kim entendió algo que vale oro para cualquiera que esté construyendo algo: si tu porqué es fuerte, el cómo se resuelve.
Recomendaciones
En el episodio de esta semana de Volver a lo que Somos, te comparto una herramienta que nadie nos enseñó, pero que puede cambiarlo todo. Una puerta para reconciliarte contigo y avanzar sin dolor añadido.
Curiosidades
Esta reflexión de Eduardo Galeano me parece magistral. Como él dice, hay que tener el derecho al desaliento.
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Menuda historia detrás de una "simple" bolsa, vaya aventura...